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domingo, 19 de julio de 2015

LOS IMPUESTOS


Dentro de los términos que de vez en cuando explico en este blog, hoy voy a hablar de los impuestos, que podríamos decir que es aquello que no nos gusta pagar pero que son necesarios para que funcione nuestra sociedad.
Básicamente podríamos hablar de 2 tipos de impuestos. Unos serían aquellos que afectan a los ingresos como puede ser el impuesto de la renta y otros que recaen sobre los gastos como es el IVA. Es importante su distinción, ya que cada uno de ellos puede tener más o menos repercusión y hacer que la gente con más ingresos paguen mas o que ocurra lo contrario y la incidencia del sistema tributario recaiga principalmente sobre las personas con menores ingresos.

Como finalidades marcaremos dos. La primera que nos vendrá a la mente es conseguir ingresos para poder hacer frente al gasto público. Pero hay una segunda. Esta sería desincentivar ciertos consumos. Si queremos que la gente fume menos o consuma menos carburante, una medida puede ser aumentar los impuestos sobre ellos. Pero no siempre se conseguirá como veremos más adelante.

Es importante a la hora de analizar los impuestos  quién soporta la carga de los impuestos.  Con esto vemos quien los soporta en mayor o menor medida.

o   Sobre los consumidores. Un impuesto hace subir el precio del bien y desplaza nuestra curva de demanda  a la izquierda y hacia abajo. Por tanto se compra y se vende menos.

o   Sobre los vendedores. Al tener que pagar una cantidad por cada bien vendido se desplaza la curva de oferta a la izquierda y hacia arriba

Resultado: se consume menos y se abona más. Ambos, consumidores y vendedores salen perdiendo.

 
 

La incidencia que tienen los impuestos ¿es similar para todos los bienes?  No.  Aquí entra en acción la elasticidad que nos explicó Stringer Bell. Si tenemos una demanda bastante elástica (los compradores varían mucho su cantidad demandada ante una pequeña variación de precios) la carga caerá más sobre los productores, tanto más cuanto más inelástica sea la oferta. Por el contrario con una demanda muy inelástica (los compradores no son sensibles a los cambios de precio) la carga recaerá más sobre ellos.

Esto influye en lo anteriormente comentado cuando se quiere desincentivar un consumo. El ejemplo que generalmente se pone es el del tabaco. Se considera que es una demanda muy inelástica y a pesar de las subidas de precios el descenso de fumadores es escaso proporcionalmente hablando. Por ello muchas veces podemos considerarlo más un impuesto con fines recaudatorios que con fines desincentivadores.

A la hora de crear un sistema tributario debemos tener en cuenta la Equidad horizontal y vertical. La primera de ellas establece que los individuos que son esencialmente iguales deben pagar los mismos impuestos. Mientras que la equidad vertical indica que los contribuyentes con una capacidad mayor de pago deben pagar cantidades de impuestos más elevadas.

Paralelo a esto hay tres formas de catalogar un impuesto:

a)      Impuesto proporcional: los contribuyentes de ingresos altos y de ingresos bajos pagan la misma proporción del ingreso.

b)      Impuesto regresivo: los contribuyentes de ingresos altos pagan una proporción menor de su ingreso que los contribuyentes de ingresos altos.

c)       Un impuesto es progresivo si los contribuyentes de ingresos altos pagan una proporción mayor de ingresos que los contribuyentes de ingresos bajos.

 Por tanto, debemos fijarnos mucho en cómo están distribuidos los impuestos para ver cómo afecta a la sociedad. Si los principales ingresos de un país se realizan mediante impuestos indirectos (que se recaudan sobre bienes y servicios) podemos considerar que tenemos un sistema tributario regresivo ¿Por qué? Principalmente porque la gente con menores ingresos consumen prácticamente la totalidad de los mismos y por tanto contribuyen al sistema tributario con una proporción mayor de sus ingresos que aquellos que pueden ahorrar una parte importante de las entradas de dinero que obtienen durante el año.

Si el sistema se sustenta principalmente sobre impuestos directos, que recaen sobre individuos o empresas, podríamos conseguir unos impuestos más progresivos, siempre que el mismo estuviese correctamente articulado para hacer pagar una mayor cantidad a los que más ingresan  y se evitase fraude o ciertas “artimañas” para evitar su pago.
A la hora de configurar un sistema tributario también es importante como considere la sociedad o el gobierno que deben proporcionar los servicios que consideramos públicos ¿debe proporcionarlo el gobierno y por tanto contribuir todos a su pago o cada uno debe hacer frente a los servicios que consume? ¿Es justo construir un puente del que se beneficia una parte de la sociedad y que lo abonen todos los ciudadanos o es mejor establecer un peaje para que sea abonado por aquellos que lo utilizan y por tanto se benefician del mismo? Sobre esto ya vimos algo al hablar de la sanidad

 
Para terminar, algo de música. A ver si adivináis sin mirar que canción es la que interpreta Bob Dylan.
 
 
 
Os invito a dejar vuestros comentarios, sugerencias o ideas para próximas entradas.

 

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